Se agradece el golpe de suerte de haber encontrado al buen Miguelon y su novia Tania quienes nunca se imaginaron ser testigos de algo asi...
A Lenin inseparable amigo y compañero de inmuerables eventos sociales formales e informales... a la maestra Lupita quien calculo muy bien su llegada pero no aquella enchilada que se daria con la salsita de morita...

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